Aunque si bien es cierto, que dentro del grafiti parece estar perdiendo peso la gélida y aséptica firma en una pared, no se puede olvidar que ese espíritu de plasmar las creaciones en cualquier lugar, es, fue y será parte del magma primigenio que dio origen a esa forma de entender el arte urbano. Siendo quizás esa misma aura de prohibición, de romper con las normas, sumado a su capacidad de cambio constante al estar expuesto a los elementos, capaz de generar una mística que atrapa el interés de una parte de la sociedad.
Aunque no hay que llevarse a engaño, una parte del arte urbano siempre ha estado y estará penado por la ley, la controversia comienza entre la delgada línea que separa el grafiti y el mural, o hasta donde llega el uno o el otro. Desde aquí recogemos la opinión de Eva Mena, explicando su punto de vista en su blog para intentar explicar las diferencias concretas http://evamena.com/muralismo-y-graffiti-5-diferencias/